Innovación social

La organización beneficiaria Atikha experimentando con un programa difundido a través de las redes sociales que ofrece información valiosa a trabajadoras domésticas filipinas migrantes sobre sus ahorros y oportunidades de inversión. Foto cortesía de la Iniciativa Atikha de Trabajadores y Comunidades de Ultramar.

El mundo está cambiando a la velocidad del rayo. Abordar los desafíos complejos y altamente interconectados del desarrollo humano requiere nuevos puntos de vista, nuevas alianzas, enfoques innovadores y el cuestionamiento de nuestros supuestos.

Aquellos que otorgamos subvenciones e implementamos proyectos, ¿estamos trabajando de la manera más eficaz y eficiente? ¿Estamos respondiendo a las necesidades reales de las mujeres que están más marginadas? ¿Qué enfoques alternativos pueden llevar a cambios verdaderamente transformadores? ¿Están las organizaciones de mujeres aprovechando todo su potencial como impulsoras de cambios?

Estas preguntas son el punto de partida de “Repensar. Experimentar.” (en inglés), un proyecto del Fondo para la Igualdad de Género (FIG) apoyado por el Gobierno de Alemania como parte del ciclo de subvenciones 2017–2019.

Por primera vez en la historia del Fondo, y como una experiencia excepcional en la comunidad de desarrollo, esta iniciativa está invirtiendo en las capacidades de innovación de las organizaciones de mujeres (en inglés) y creando un espacio seguro para la experimentación y el fracaso.

Utilizando un enfoque de diseño centrado en los beneficiarios, las organizaciones subvencionadas están adquiriendo una comprensión más profunda de las necesidades de las mujeres más marginadas, las “usuarias finales” de sus proyectos. Así, están ideando, creando prototipos y probando soluciones novedosas, al tiempo que aprenden a aplicar el pensamiento de diseño (“design thinking”), el pensamiento de sistemas y las ciencias del comportamiento en el diseño de sus proyectos.

El objetivo es probar nuevos modelos que resuelvan desafíos para el empoderamiento de las mujeres y puedan catalizar cambios sustanciales. Algunos modelos tendrán éxito y otros no lo tendrán. Todos los participantes, incluido el FIG, aprenderán de la experiencia y mejorarán sus funciones como defensores y proveedores de servicios para mujeres y niñas que están más marginadas.

Los temas que las organizaciones beneficiarias tratan de abordar incluyen:

• ¿Cómo pueden las mujeres rurales de comunidades desfavorecidas pasar de ser productoras en pequeña escala a emprendedoras rentables?
• ¿Cómo podemos encontrar soluciones creativas para mantener los derechos de las mujeres en la agenda política en un entorno de conflicto?
• ¿Cómo podemos abordar las barreras culturales específicas que obstaculizan la participación política de las mujeres?
• ¿Cómo podemos involucrar a las trabajadoras y los trabajadores migrantes en actividades de aprendizaje que apoyen su retorno exitoso?
• ¿Cómo podemos motivar a más trabajadoras domésticas a unirse a asociaciones para reclamar sus derechos laborales?

En el marco de otra iniciativa, las "Organizaciones de mujeres de la sociedad civil del futuro", el Fondo, en colaboración con la Escuela Parsons de Diseño, llevó a cabo una exploración guiada por el diseño sobre cómo apoyar mejor a las organizaciones de mujeres en un entorno en constante evolución y con unas limitaciones socioeconómicas y políticas que les dan de lado y les quitan prioridad a ellas y a sus áreas de trabajo.

El experimento identificó desafíos clave, necesidades y prácticas prometedoras para la sostenibilidad y resiliencia de las organizaciones dirigidas por mujeres, mediante la exploración de modelos operativos y financieros alternativos y de diferentes enfoques programáticos. También puso a prueba tres posibles soluciones cocreadas por oficinas de ONU Mujeres y organizaciones de la sociedad civil, a saber:

• En México, una ONG feminista reevaluó su modelo de negocios alejándose de un modelo financiado exclusivamente por donantes hacia una base de financiamiento más sostenible y diversificada a través de la prestación de servicios y alianzas más sólidas el sector privado.
• En Ruanda, la oficina de país de ONU Mujeres apoyó a varias organizaciones de mujeres de África oriental y emprendedoras sociales para probar un modelo de mentoría utilizando sus recursos, conocimientos y habilidades existentes para maximizar su resiliencia a través de la autosuficiencia mutua y la solidaridad.
• En Viet Nam, la oficina de país de ONU Mujeres ha probado diferentes formas de hacer de la creatividad la nueva norma en sus operaciones como una forma de fomentar una mayor innovación y, en última instancia, una mayor agilidad y eficacia.